por: MC. Lilia Carolina López Ceniceros
La niñez migrante de familias jornaleras agrícolas enfrenta desafíos significativos en su acceso a la educación y derechos básicos. Estos niños, junto con sus padres, se desplazan constantemente en busca de trabajo en el campo, lo que afecta su bienestar y desarrollo.
Se estima que en México existen entre 279,000 y 326,000 niños y adolescentes migrantes agrícolas en edad de cursar la educación básica. Estos jornaleros provienen de comunidades marginadas y enfrentan condiciones de pobreza multidimensional. Además, muchos pertenecen a comunidades indígenas y hablan diversas lenguas. INE (2020).
Los retos para la atención educativa de esta población son considerables. La movilidad constante dificulta su acceso a la escuela, y la brecha educativa es evidente: mientras el promedio nacional de escolaridad es de 8.1 años, los jornaleros agrícolas migrantes tienen una escolaridad promedio de solo 4.5 años. La falta de servicios adecuados y la prevalencia del trabajo infantil también son obstáculos.
Es imperativo que la sociedad y las autoridades nos involucremos. Debemos abogar por políticas que fortalezcan la educación y los derechos de la niñez. La ciudadanía puede contribuir apoyando programas educativos, promoviendo la conciencia pública y exigiendo medidas que garanticen un futuro más justo para la niñez migrante y sus familias.
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